Esta tarta nos la encargó un cliente que quería mostrar a su hija que a partir de esos 18 años que cumpliría, la vida sería un sube y baja, una especie de montaña rusa, que a veces saldran las cosas mal y otras bien, pero que para llegar a su meta, debe de ser constante y obtendría siempre lo que quisiese. «El mundo te abre miles de puertas, no te las cierres!»